Foto de Enrique Reyes
La ciudad resguarda un sinfín de instantes. Universos mágicos a los ojos del fotógrafo, por un lado, y caóticos e irrelevantes para la cotidianidad de los transeúntes, por otro. Ir y venir, constante ajetreo de nuestros días; caminar y caminar sin rumbo fijo, entre monstruos de concreto; arterias colmadas de caos vial, los paisajes citadinos de saturación visual, folklore, costumbres, rituales, actos escenificados inconscientemente, capoteando láminas y buscando unas monedas.
Lluvia espesa de nubes grises que presagian un nuevo amanecer con la posibilidad de cambiar el rumbo de nuestras historias, de nosotros que somos cazadores de imágenes, con un parpadeo fugaz, perdido en el camino desde el ensueño hasta una verdad personal. Sociedad de lo que fue y lo que será, de lo que estuvo y lo que desde ahora nos pertenece: ciudad de fe.
El tercer ojo, fue impartido en la Galería Velasco por Juan José Ochoa, quien a su vez, realizó la curaduría de la muestra.
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