viernes, 9 de mayo de 2008

La batalla, el juego de la pelota en llamas

Tamazulapan 2008

En la tradición de los pueblos indios de la mixteca alta, muy recientemente se ha rescatado el "juego de la pelota en llamas", evento que se había dejado de practicar por diversas situaciones, el juego es conocido popularmente con el nombre de “La Batalla”. Este se lleva a cabo en el municipio de Villa de Tamazulapan del Progreso.Sus orígenes se remontan a la época prehispánica, su práctica lo sitúan entre los pueblos mixtecos y zapotecos, asentados en los Valles Centrales del Estado de Oaxaca, Yanhuitlán, Nochixtlán, Teposcolula y Tamazulapan del Progreso.

En sus inicios el juego tenía características mítico-deportivas. Subrayamos que el juego de pelota prehispánico tenía un carácter religioso y los participantes, al golpear la pelota, trataban de reproducir el viaje de los astros por el cielo, de esta forma intervenían de una manera mágica en el orden natural establecido. Los cronistas de Tamazulapan coinciden en señalar que este encuentro era una representación del cielo donde habitaban sus Dioses y libraban arduas y feroces batallas; simbólicamente era el recorrido del fuego (la pelota ardiendo) que representaba al dios del Sol transitando el vasto firmamento, con el fin de librar una lucha por vencer a los dioses de la oscuridad, la pelota en llamas personifica a las fuerzas del día que combaten a los señores de la obscuridad (la noche) para hacer prevalecer la armonía y el equilibrio de la madre naturaleza.

Por otra parte, el fuego de la hoguera sagrada con que se encendía la pelota, simboliza a QUETZALCÓATL, como un recuerdo y veneración a él, donde la llama y su titilar incesante representaban el camino hacia el universo infinito. Según algunos historiadores del municipio de Tamazulapan del Progreso, los jugadores de pelota tenían un profundo respeto y adoración a los Dioses del cielo a quienes honraban simulando por medio del juego, combates realizados contra el enemigo, que es representado por el equipo rival, por eso, y antes de iniciar el encuentro, se empezaba con una procesión portando y mostrando a los concurrentes al juego al Dios que representa al sol, en este caso la pelota.

Al terminar el recorrido de la procesión, los participantes del juego esperaban hasta el anochecer en paz y en trance comulgado con los dioses del cielo para integrar a las fuerzas divinas a los cuerpos de los jugadores. La pelota era depositada sobre un plato limpio sobre un altar, la cual era purificada con incienso y el azote de yerbas impregnadas de aceites y esencias. Así mismo, otros instrumentos utilizados en el juego como palos o varas eran también purificados en el altar. Algunos testimonios orales recabados señalan que en esos días la pelota del juego era de piedra maciza, y era cubierta por grasa de animales y aceites vegetales, para que en acto posterior se encendiera con el fuego de la hoguera sagrada. Pero minutos antes de iniciar el juego, los contrincantes que formaban dos equipos de cinco jugadores cada uno, se inclinaban de cuclillas frente al altar, y tomando los palos o varas invocaban a los dioses de todos los elementos como el agua, el sol, la luna, las montañas y el viento, al sonar del caracol. Acto seguido se iniciaba un ritual el cual comenzaba encendiendo un brasero con el fuego de la hoguera divina, se vertía la llama incienso y copal con que se encendería la pelota, como también el purificar el alma de los jugadores quienes ofrecían un sacrificio a sus dioses. Al término de este ritual los jugadores de ambos equipos bebían de una jícara pulque, para que durante el juego los contrincantes pudieran tener una mejor concepción de los mensajes que les enviaban sus Dioses.

El juego impacto tanto a los conquistadores españoles que Hernán Cortés lo hizo llevar a España presentándolo a la corte de Carlos V en 1528. Durante la época de colonia y la independencia se tiene datos muy escuetos que dan cuenta de este místico-deporte. La información obtenida indica que el juego era prohibido por largos periodos de tiempo por los comenderos o gobernadores de la región mixteca. En otros tiempos éste deporte volvía aparecer y era practicado en público, en otros momentos era jugado a escondida de los ojos de los mestizos y peninsulares.  

En el periodo de la Revolución Mexicana, el juego de la pelota reapareció y fue retomado simbólicamente como una Batalla en la que los alzados en armas se iban a “la bola”. Señala la gente más antigua de Tamazulapan del Progreso que la “Pelota en Llamas” simulaba las granadas y bolas de cañón de los revolucionarios, su práctica duro de los años 1912 a 1917, y su resurgimiento se dio por la década de los años de 1940. Una anécdota chusca de este juego, comentan los cronistas del municipio, fue cuando la Batalla fue prohibida por las Autoridades Municipales de Tamazulapan, según porque en los años de 1940 el juego provocaba una gran cantidad de incendios en viviendas, ya que en aquella época estas eran construidas de cerco de varas, techos de palma, y trojes de madera donde se almacenaba el zacate destinado a forraje. En los relatos de las abuelas decían que al ver el espectáculo de la pelota de fuego en la lejanía de la noche, esas bolas de fuego eran las brujas que iluminaban el camino en sus recorridos nocturnos cuando encaminaban a robar alguna alma. Las leyendas de los más antiguos de este municipio también comparaban alas bolas de lumbre que eran la brujas que venían a las comunidades a robarse a los niños recién nacidos o a las mujeres recién aliviadas a quienes se suponían chupaban la sangre.

En la actualidad el juego perdura con ciertas variaciones pero ha conservado muchos de sus rasgos autóctonos.
Las particularidades del juego como se practica hoy son las siguientes:
• El juego se realiza ya avanzada la noche, para que se observe el ir y venir de la bola de fuego.
• Se juega en un espacio de 100 metros de largo por 10 metros de ancho, que puede ser cualquier calle de Tamazullapan. El terreno tiene que ser lo más plano posible para que la pelota pueda rodar.
• Se divide en dos rectángulos de 50 metros por 10, en donde se ubican 5 jugadores de un lado y 5 en el otro.
• Su vestimenta es un pantalón y una camisa blanca, con huaraches y en las manos se sostiene un bastón hecho de madera de encino, pirú, tejocote o cerezo, con uno de sus extremos curvo, parecido al bastón del “jockey”.
• En el centro de la cancha se ubica un apelota hecha de madera seca de pipi (colorín cimarrón), cubierta de grasa animal, petróleo o diesel, la cual se le prende fuego, cerca de ella los capitanes de los equipos, además de 2 jugadores que empujan o golpean la pelota hacia el final de la cancha y 2 jugadores que vigilando su territorio defendiendo el ataque del adversario.
• El juego consiste en llevar la pelota hasta el extremo opuesto de la cancha, en el campo enemigo, siendo ganador el equipo que más veces lleve la pelota en llamas al territorio enemigo.
• El encuentro tiene una duración 40 minutos divididos en dos tiempos de 20 minutos cada uno.
• A la vos de ¡Arriba! Se inicia el juego que simula una batalla donde los jugadores luchando cuerpo a cuerpo y con golpes de sus bastones a la pelota encendida van conduciendo a esta al terreno enemigo.

El Juego de la Pelota en Llamas o La Batalla, son de esas tradiciones prehispánicas que se vienen perdiendo y olvidando por las nuevas generaciones, que imbuidos en una sociedad de consumo, el espectáculo, el vicio y el sexo, abandonan tan importantes eventos que le dan identidad e historia al pueblo de la mixteca. Y solo muy recientemente, organizaciones, personas a título personal y alguna que otra autoridad gubernamental, se han evocado al rescate y hacer perdurar este espectacular juego.Recordemos que en nuestra gran nación que es México, el juego de pelota prehispánica es una tradición, y este místico-deporte se ha practicado en diferentes modalidades como la Pelota Mixteca, La Batalla, La Pelota Tarasca, Pelota P'urhépecha, Rebote a Mano con Pelota Dura, entre otras, son Deportes Autóctonos y Tradicionales que no pueden desaparecer ya que forman parte de nuestra identidad como nación.
http://www.metacafe.com/watch/1283421//  

Asociación de Periodistas Independientes de la Mixteca APIM.
Textos e investigación: Ricardo García Jiménez.
Entrevista: Pedro Guerrero Quiroz.
Fotografía: Jorge Vázquez Sánchez.

 
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