miércoles, 14 de noviembre de 2007

La matanza del chivato


¿Tradición o salvajismo?


En la Mixteca Oaxaqueña en el municipio de Huajuapan León, Oaxaca. Desde el siglo pasado se celebra del 19 al 21 de octubre, una tradición en la región: La matanza del Chivo, como su nombre lo dice; sacrifico de animales para una fiesta del pueblo. El chivo tiene un carácter protagónico de fatalidad. Como un rito prehispánico en la congregación de ver sufrir a los pobres animales como los destazan vivos. Para un deleite de sabor a carne y sangre.

La perversidad de la gente interactúa con el salvajismo de matar a los humildes chivos uno tras otro; como una perversión de un circo romano donde los católicos eran el platillo principal para ser devorados por los leones para la festividad de los juegos de aquel tiempo. Aquí es el chivo es el plato principal del performan: El espectáculo de sangre, que brota por doquier como agua desbordada de un río rojo de tinte a olor a sangre de los chivos. La gente se disputa para obtener la sangre de la cabra poniendo sus cubetas de plásticos en el cuello del animal sacrificado en ese momento, como si obtuviera un premio, la multitud efervescente entra en un estado de furor y de adrenalina como un estado de shock. Que en vuelve el entorno, en un aire cargado de muerte, olor, horror. Ver correr a los pobres chivos en el corral esperando su turno del cuchillo en el cuello, el horror de sentir y mirar el sacrificio de los chivos postergando en caer al piso del lodo cubierto de sangre y esperar a que los carniceros vengan por ellos para ser destazados todavía con vida y gritar sus último suspiros del animal. Los pastores o carniceros hombres, mujeres, niños, y jóvenes con sus cuchillos en la mano preparados para comenzar él festín de destazar a los cabras en pleno suelo, ver circular a las personas en cargadas de sacrificar a los animales en sus carretillas repletas de chivos moribundos y moviéndose en pleno anfiteatro de cuerpos de chivatos tirados en el piso y amontonados entre ellos hasta morir completamente de sangrados y esperar su prolongación en hacer destazados vivos. Ver y sentir la crueldad del sufrimiento de los animales me deja un espectáculo de horror que todavía es tiempos modernos seda en estas regiones de México.

Las tripas colgadas en los tendederos junto a los cuerpos de los cabritos destazados y limpios como si fuera ropa limpia, se mueven con aire pesado a muerte, patas colgadas con un clavo en los muros de las construcciones secadas al sol. las caderas y huesos en el suelos cobijados con los petates con carne para ser secada y llevarlas a los hornos en grandes casuelas de barro para cocinar los cabritos en aceite caliente junto a las tripas. Camiones repletos de pieles de chivos listo para ser empaquetados para uso industrial. El chivo no se desperdicia nada por completo el animal se aprovecha al 100% para ser llevado a Tehuacan, Puebla, o EE.UU. como un platillo muy famoso en la comarca el mole de caderas.

Jorge Vázquez Sánchez
Octubre 2007
jdiseno@yahoo.com.mx

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