Foto: Arte=Jorge
Lo digital describe a toda la tecnología electrónica que procesa, almacena y genera información a través de un código de sistema binario (0 y 1). La más pequeña parte de información dentro de una computadora es un bit y significa un valor: cero o uno.
En la mayoría de sistemas computarizados 8 bits son igual a 1 byte y así sucesivamente hasta conformar grandes sistemas de almacenamiento y procesamiento de datos que se visualizan a través del monitor de una computadora.
En este sentido, los medios digitales son todos aquellos que almacenan la información (imágenes, sonidos, textos, etc.) en mecanismos de sistema binario. Una cámara digital, un impresor digital, un escáner u otros dispositivos de este tipo son de los que se vale el artista digital. Por lo tanto es el aprovechamiento del medio cotidiano para producir arte lo que mueve a muchos a expresarse por los medios digitales.
Ver un teléfono celular con tecnología digital que incluye cámara fotográfica y otros dispositivos en cualquier zona rural del mundo ya no es extraño. Y es que las nuevas tecnologías han acortado la distancia de muchas formas y establecen un mundo paralelo. Cada dispositivo digital es una interfase y cada uno de estos dispositivos, de distintos creadores, muestran lo mismo de diferentes maneras.
La interacción entre el ordenador y nosotros visualiza a través de un monitor una sola realidad: El espacio virtual. Ésta es tal vez una de las razones más contundentes dentro del arte que ahora es posible visualizar de manera dinámica e interactiva, eso sí, “con restricciones en un mundo que no las tiene” (Levi Vasquez, 2005).
¿Estaremos lejos? o ¿estaremos dormidos? Creo que las respuestas a estas interrogantes se encuentra en la experimentación artística de todos aquellos que quieren “abrir brecha” y, sobre todo, dar un salto virtual-real que visualice el futuro.
El arte digital está atento a ver lo que no se ha visto y a experimentar lo que no se ha experimentado. Y esto, adhiere un clima de expectación que enfrenta realidades que para muy pocos son “comprensibles” y para otros (en gran parte), desde absurdas hasta innecesarias. Y es que la ignorancia se transforma en temor y prepotencia, imponiendo un monstruoso atraso al desarrollo intelectual y cultural. Y para todos aquellos que no comprenden este fenómeno, no es que les llevemos la contraria, sino que nos estamos adelantando.
La ignorancia acompañada de la prepotencia genera la siguiente premisa: “lo que no se entiende…no sirve”. Y esto acompaña a una serie de problemas que radican en los estereotipos del artista en general. Los medios de comunicación digital permiten, debido a su libertad, tener un mundo que radica en dos realidades diferentes: la natural y la virtual.
Las plataformas de trabajo de los medios digitales, nos muestran un mundo virtual en el cual, como menciona el artista cubano Ángel Alonso: “Creamos música sin la utilización de instrumentos musicales, ‘pintamos’ imágenes sin mancharnos las manos de óleo, y también hacemos esculturas mediante los programas de tres dimensiones sin la necesidad de tallar pesadas piedras. Incluso la fotografía, abandona lo que Roland Barthes afirmaba designándola como la prueba de ‘haber estado allí’”(1) perdiendo su confiabilidad de documento.
Con base en estos planteamientos que se dan de manera natural en el Arte digital, los artistas digitales tratan de buscar todos los espacios necesarios para poder desarrollar sus ideas en el mundo real aprovechándose del mundo virtual.